La conexión psicofísica es una forma de hablar sin palabras.
Si tenemos que definirla podemos decir que es la relación que existe entre nuestro cuerpo y nuestra vida interior, y cómo se afectan mutuamente. Lo más sencillo es ilustrarlo con un ejemplo del día a día que vas a comprender muy bien:
¿Has observado alguna vez qué le ocurre a tu cuerpo cuando estás triste o desanimado?
La tristeza es un sentimiento que se va haciendo con la corporalidad y la va apagando. Nos parece que el cuerpo nos pesa, y nos movemos con dificultad. Tenemos la sensación de que todo cae en nuestro cuerpo; incluso de que el mundo entero parece derrumbarse. Caer, caer, caer. La tristeza se mueve hacia abajo, hacia el peso, la gravedad y va deteniendo el movimiento.
Bien. Esto es cómo tu vida interior, cuando está llena, por ejemplo, de tristeza, afecta a tu cuerpo y, también, a tu forma de percibir el mundo. Esto es conexión psico-física.
Pero esta conexión no sólo funciona en una dirección, es decir, no sólo funciona desde nuestra vida interior hacia nuestro cuerpo, sino que es una camino de dos direcciones. Esto significa que nuestro cuerpo también afecta a nuestra vida interior. Sólo tienes que recordar cuando has padecido un malestar físico (un golpe, un dolor de barriga)… y de forma casi inmediata, empezabas a sentirte mal interiormente.
El siguiente paso es comenzar a trabajar sobre estas observaciones para ir construyendo un lenguaje corporal conscientemente creado.
Michael Chéjov nos enseña que podemos trabajar y ejercitar esta relación que existe entre nuestro cuerpo y nuestra vida interior para poder crear sentimientos en nosotros. No podemos controlar la vida del sentimiento; no podemos ordenarles a los sentimientos que aparezcan o desaparezcan, pero sí podemos trabajar desde nuestro cuerpo. Desde nuestro instrumento físico.
Vamos a verlo de nuevo con un ejemplo:
Si yo quiero crear el sentimiento de tristeza, no basta con querer estar triste, y menos aún con traspasar recuerdos de vivencias tristes al presente en un intento de crear a tristeza, tal y como se propone en algunos métodos teatrales (de este melón ya hablaremos otro día).
Pero sí puedo dejar caer mi cuerpo en el peso, puedo utilizar mi imaginación e imaginar que el espacio a mi alrededor cae, puedo imaginar que camino en un lodazal y que todos mis movimientos están permeados de peso. Como si la fuerza de la gravedad se multiplicase por dos en el planeta.
Cuando hagas esto al principio estarás sólo concentrad@ en tu cuerpo, pero poco a poco la tristeza empezará a aparecer en tu interior: ¡la has invitado a venir! Y no sólo estará en tu vida interior, estará en el aire, en lo que te rodea, y será perceptible para tu público. Puesto que partes del movimiento, quienes te miran y escuchan se sentirán “con-movidos”.
Esto puede hacerse con cualquier sentimiento, convocarlo, invitarlo a venir, a través de nuestro cuerpo. Y esto lo hacemos gracias a la imaginación. Sin forzar los sentimientos, sin hacernos daño, sólo a través del cuerpo habitado por la imaginación. Desde aquí somos libres.
Cuando aprendes a utilizar la conexión psicofísica basta un pequeño cambio en tu hábito corporal para que tu vida interior empiece a responder y comiences a comunicarte -con quien está a tu lado o en las butacas- más allá de las palabras. Puedes hacerlo en el escenario para mostrar el mundo interior de tu personaje a través de tu cuerpo, puedes hacerlo en un meeting de trabajo o en una conversación privada.
Te pongo un ejemplo de fuera del escenario: Cuando yo trabajaba como médico conocer y saber utilizar esta herramienta era muy importante en mi día a día. Ante una persona muy vulnerable podía hacerme pequeña, dejarle espacio…y que se sintiese acogida. Ante una persona insegura y con miedo podía convocar la confianza, la certeza interior. Ante alguien que venía con gran tristeza podía conectar con su propio sentimiento o bien, si era necesario, convocar a la luz y a la alegría para aliviar la carga. Todo eso gracias a conocer cómo la imaginación obra en el cuerpo y el interior responde. Todo gracias a la conexión psico-física.
Con esto te quiero mostrar que la conexión psicofísica se va formando conociendo los principios imaginativos y el lenguaje de nuestro cuerpo; que es una forma de hablar sin palabras….y que conocerla es algo que nos sostiene en la relación con otros seres humanos…en las situaciones más variadas.
Si quieres aprender a conocer y utilizar conscientemente la conexión psicofísica te invito a que participes en alguno de los cursos del estudio. Puedes consultarlos aquí.
Con cariño,
Jovina